Aprende cómo funcionan y cómo puedes empezar a invertir sin ser experto.

¿Alguna vez te has preguntado cómo algunas personas logran que su dinero crezca sin trabajar más?
La respuesta está en los instrumentos de inversión.
En palabras simples, son las herramientas que te permiten poner tu dinero a trabajar para ti, en lugar de tenerlo guardado sin generar nada.

Cuando guardas tu dinero debajo del colchón o en una cuenta sin intereses, con el tiempo pierde valor por culpa de la inflación.
Sin embargo, si lo inviertes, ese dinero puede crecer poco a poco.
Hay muchos tipos de instrumentos, y cada uno tiene su propio nivel de riesgo y rendimiento.

Los más comunes son:

  • CETES: Son préstamos al gobierno. Son muy seguros y te pagan un pequeño interés por tu dinero.

  • Fondos de inversión: Agrupan el dinero de muchas personas para invertirlo en distintos lugares (acciones, bonos, bienes raíces, emprendimientos etc.), buscando mejores rendimientos.

  • Acciones: Son pequeñas partes de una empresa. Si la empresa crece, tú también ganas.

  • Bonos: Es como prestar dinero a una empresa o al gobierno. Te pagan intereses durante un tiempo y después te devuelven tu dinero.

  • ETF (Fondos cotizados en bolsa): Combinan varios activos (acciones o bonos) y se pueden comprar fácilmente, como si fueran una sola acción.

Imagina esto:
Si hoy tienes $1,000 pesos y los guardas en una caja, dentro de un año seguirás teniendo $1,000, pero con menos valor por la inflación.
En cambio, si los inviertes en un fondo que paga un 13% anual, al final del año tendrás $1,300 pesos.
Tu dinero trabajó por ti, sin que tú hicieras nada más.

Por lo tanto, lo importante es empezar, aunque sea con poco.
Recuerda: invertir no es solo para ricos ni para expertos, sino para cualquier persona que quiera cuidar su dinero y hacerlo crecer con el tiempo.

En conclusión, los instrumentos de inversión son la llave para que el dinero deje de dormir y empiece a producir.