Aprende a distinguir entre una tasa fija y una tasa variable, y descubre cuál te conviene según tu objetivo financiero.
Cuando pides un préstamo o inviertes tu dinero, hay algo muy importante que debes entender: la tasa de interés. Esta tasa es como el “precio” del dinero. Si pides prestado, pagarás intereses; si inviertes, ganarás intereses. Pero no todas las tasas funcionan igual: existen tasas fijas y tasas variables, y saber cuál elegir puede marcar una gran diferencia en tus finanzas.
🔄 ¿Qué es una tasa variable?
Una tasa variable puede subir o bajar con el tiempo, dependiendo de cómo se muevan los mercados financieros o la inflación.
Generalmente está ligada a una “tasa de referencia”, como la TIIE (en México) o la tasa del banco central.
Por ejemplo:
Si tu préstamo empieza con una tasa variable del 8%, puede bajar a 7% si la economía mejora, o subir a 9% si la inflación aumenta.
Esto puede ayudarte a pagar menos si las tasas bajan, pero también puede hacerte pagar más si suben.
⚖️ Ejemplo sencillo:
Imagina que Sofía y Luis piden un préstamo de $10,000.
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Sofía elige tasa fija y paga $1,000 de interés cada año.
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Luis elige tasa variable y el primer año paga $800, pero al siguiente año las tasas suben y paga $1,200.
Ambos tenían el mismo préstamo, pero sus resultados fueron diferentes según el tipo de tasa.
Conclusión
La diferencia entre una tasa fija y una variable está en su comportamiento en el tiempo. La fija te da tranquilidad, la variable te da flexibilidad. Elegir la mejor depende de tu objetivo y tu tolerancia al riesgo.

