¿Te imaginas deberle dinero al banco y aun así ganar dinero? Suena raro, ¿verdad? Pero sí es posible si sabes usar lo que se llama “crédito bueno”. Hoy te voy a contar un secreto que muchos bancos prefieren que no sepas.
Cuando escuchamos la palabra deuda, normalmente pensamos en algo malo. Pero hay dos tipos: deuda mala y deuda buena.
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La deuda mala es cuando pides dinero para comprar cosas que pierden valor, como ropa, gadgets o un coche nuevo que se deprecia.
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La deuda buena, en cambio, es cuando pides dinero para invertir en algo que te genera más dinero del que debes, como un negocio o una inversión que paga intereses.
Imagina que el banco te presta $10,000 pesos con una tasa del 10% anual. Eso significa que al final del año debes pagar $11,000. Pero si inviertes esos $10,000 en un instrumento que te da el 12% anual, al final del año tendrás $11,200.
¿Resultado? Pagas al banco $11,000, te quedas con $200 de ganancia… ¡y además construyes historial crediticio positivo!
Eso es lo que hacen muchas personas con mentalidad financiera: usan el dinero del banco como herramienta, no como enemigo.
Las instituciones financieras son las que hacen posible esta estrategia, porque crean productos de inversión y crédito que puedes combinar. Los bancos, las casas de bolsa o las fintech ofrecen instrumentos que pagan rendimientos mayores que el interés que te cobran por un préstamo, si sabes elegirlos bien.
Además, al manejar tus pagos a tiempo, tu score crediticio sube, lo que te permite acceder a mejores tasas en el futuro. Es un círculo virtuoso: inviertes, ganas, y el banco confía más en ti.
Así que la próxima vez que escuches “deuda”, no pienses en algo negativo. Piensa en una herramienta para crecer. El secreto está en que el dinero trabaje para ti, no al revés.
